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«...Lo mucho
en común que tenían nuestras vidas y lo poco que se parecían, aunque los dos
veníamos del mismo rinconcito del planeta. ¿Y por qué? ¿Dónde se habían
separado nuestros caminos?» (pág. 26). |
En Canciones de amor a quemarropa (2014), el estadounidense
Nickolas Butler sumerge al lector en una historia de tono pausado que tiene lugar en el Medio Oeste Americano. Henry, Kip, Lee, Beth y Ronny se
conocieron en la infancia y, desde entonces, su amistad permanece
fuerte e inalterable. O, al menos, eso es lo que ellos creen.
La novela está narrada a cinco voces
en tanto que cada capítulo nos ofrece el punto de vista de uno de los miembros
de la pandilla. Gracias a este enfoque
perspectivista, el lector se asomará a las vidas de estos amigos e irá
recomponiendo las piezas de un puzle plagado de anhelos y fracasos, de
tristezas y alegrías, de amores y desamores, de compañerismo y rivalidad. Al
mismo tiempo, el lector podrá sentir el
tranquilo latido de Little Wings, un pueblo situado en Wisconsin al amparo de las sombras de una vieja fábrica.
«Aquí podía
vivir sin apenas dinero; no tenía en qué gastarlo ni a quién impresionar. Aquí
a la gente solo le importa tu espíritu de trabajo, tu amabilidad y tu capacidad»
(pág. 64).
Pudiera
parecer que la novela es, en
un principio, insustancial, uno de esos libros en los que no ocurre nada
de
interés. Sin embargo, Butler es capaz de atrapar al lector en este
relato de la vida cotidiana que, además, plasma con suma sencillez. Si
hay algo que bulle en la presente
novela es la incesante búsqueda del ser
humano de su identidad, de su lugar en el mundo, de su hogar. En este largo
camino no siempre es fácil encontrar amistades y amores que nos brinden incondicionalmente
su apoyo y comprensión, especialmente si estas relaciones se construyen sobre los débiles pilares de las apariencias.
Por ello, algunos de los personajes sienten que no pueden ser ellos mismos, que
no pueden exteriorizar sus conflictos sino esconderlos bajo una sólida coraza,
una plúmbea armadura que cada día resulta más pesada. Y este blindaje aísla,
sume a quien lo porta en un estado de
profunda soledad aun cuando esté rodeado de gente.
«Quiero ser
capaz de volver y vivir aquí y ser quien soy, nada más. Con vosotros» (pág.
23).
Evidentemente, y aunque no
desvelaremos el significado del llamativo título de la novela, la música envuelve permanentemente a esta
historia y algunos de los personajes llegan a reflexionar tanto sobre el
acto de creación musical como sobre las dificultades inherentes a dicha
profesión. Otros temas tratados en el libro son el matrimonio, el embarazo y el
instinto maternal; el arrepentimiento, el egoísmo y la fragilidad de los
sentimientos; la natural tendencia del ser humano a querer lo que no tiene; la
desesperada búsqueda de aceptación, y el paso inexorable del tiempo.
En definitiva, Nickolas Butler nos
brinda una entretenida novela coral sobre la amistad en la que nos recuerda que
«tú crees que conoces a alguien, pero nunca puedes llegar a conocerlo del
todo» (pág. 189). Una narración sobre la nostalgia de unos tiempos que jamás
volverán porque, aunque suele afirmarse lo contrario, la historia nunca se
repite.
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