La escuela de canto.


Recuerdo que, hace algún tiempo, casi todo el mundo hablaba de lo mucho que le había gustado Del color de la leche, de Nell Leyshon. Tantas y tantas reseñas fueron las responsables de que este título quedase firmemente anclado en mi memoria, en uno de esos cajones de sastre que cierto día, por casualidad, abres. Es entonces cuando descubres todo aquello que duerme olvidado en su interior, pausado por decisión propia o por la propia imposición del devenir cotidiano. Y así, mientras desempolvas su contenido, decides retomar –o desechar para siempre– ideas, proyectos, anhelos, recomendaciones. De este modo, acabé yendo a la biblioteca para buscar dicho título, una tarea fallida pero no infructuosa, pues entre los libros de su catálogo no se encontraba Del color de la leche pero sí otra novela de la autora: La escuela de canto (2022).

 

La acción se desarrolla en el último cuarto del siglo XVI y está narrada en primera persona por Ellyn, una niña inglesa que vive junto a su familia en una zona donde el frío y la humedad calan hasta los huesos, donde las sombras de la ignorancia y la superstición se ciernen sobre todas las cosas. Con un padre inválido y un hermano mediocre y maltratador, Ellyn y su madre tienen que trabajar duramente para ganarse el sustento, máxime cuando nace Agnes. Durante una de las tareas que su madre le encomienda, Ellyn se ve obligada a desviarse de su camino sin saber que, en ese preciso momento, iba a encontrar otro.

 

Sin embargo, esta nueva senda estaba vetada para las mujeres. Ellyn lo comprueba nada más comenzar y sabe que recorrer dichos vericuetos será una empresa difícil, pero siente que ya no hay marcha atrás: la música, quizás el arte que más directamente llega al corazón, sembró en ella una semilla fuerte y poderosa que luchará por crecer y dar sus frutos. La música le proporciona nuevas ideas y sensaciones, descubriéndole así que lo que le contaron no es todo lo que hay, que debe intentar luchar por algo más, por encontrar su propia voz. Desde entonces, su hermana será el faro que la ilumine en la tenebrosa oscuridad.

 

Ellyn, en esta especie de diario que dirige a su pequeña hermana, deja constancia de los avatares que sufre por el camino y del crecimiento que experimenta a todos los niveles. El lector podrá observar esta evolución no sólo en las ideas de la protagonista, sino también en cómo las expresa, pues su escritura, inicialmente vacilante y plagada de faltas de ortografía, se refina con el paso del tiempo. A pesar de ello, la narradora consigue transmitir al lector sus anhelos, las alegrías por sus pequeños logros y también su dolor por tanta injusticia, expresado a veces en una sola pero suficiente línea.

 

En definitiva, Nell Leyshon nos ofrece un libro sobre el poder del arte para mover ideas y sentimientos, así como sobre la lucha de las personas para aspirar a una vida mejor, lucha que a veces requiere romper con ciertos parámetros establecidos. Aunque a veces nuestros esfuerzos parezcan nimios o infructuosos, en realidad no lo son: una gota de agua tras otra llegará a horadar, con el paso del tiempo, cualquier piedra que se interponga en el camino, un camino que será más fácil de transitar por todos nosotros… o por los que vengan después.

Comentarios

Entradas populares